sábado, 29 de mayo de 2010

la gata en sueño

Ella corría y corría para lograr saciar su duda, esa inquietud de aquel sueño hablado.

Corría con un pulso agitado, con adrenalina desenfrenada, respiraba y exhalaba por su boca. Sus ojos brillaban de alegría, su sonrisa expresaba felicidad y locura. Esa locura buscada por muchos…

Sus piernas se movían a una velocidad media, rápida para ella.

Luchaba con las ramas del bosque, y la oscuridad de la noche.

Solo la luna solía iluminar ese camino que ella seguía.

Pero corría hacia un solo punto, ese punto que tantas veces había buscado.

Pareciera que nunca encontraría el final de ese camino, el punto parecía infinito, sin destino. Ella llena de fe siguió corriendo. Corría, corría y corría.

Llegó. Aún con la sonrisa en su bello rostro…miró y observo el fin de su camino.

Anonadada quedó con aquel cuadro. Frío y tibio, chico e intenso, oscuro y claro.

Quiso entrar, pero antes dudo unos treinta minutos, y quedó pensante sentada bajo un árbol, tratando de asumir que había llegado por fin, donde muchas veces intentó llegar y no pudo.

Recordó cuantas veces luchó para llegar ahí y el porqué de su llegada, y aún no podía creer que estaba enfrente de ella.

La sonrisa temblorosa se recuperó en su totalidad, y parada frente al lugar, quiso sentir el momento de su logro. Disfrutar por lo que luchó y que ahora estaba ahí, ante sus ojos…

Poco a poco comienza acercarse, con su pie derecho decide dar el primer paso, lento e inseguro…algo tembloroso. Poco a poco llega, decide sacarse los zapatos y la ropa…avanza desnuda por la tierra fría y húmeda, con olor a bosque y pino.

Solo la luna la guiaba, y el agua reflejaba la iluminada sonrisa de su alma.

Al llegar solamente grita…

Grita fuerte para que todos pero nadie la escuche. Sabía que estaba solo ella en ese lugar, pues nadie mas sabia de aquel punto.

Se para al centro de la laguna y bajo la luna, mirándola intensamente.

Sus ojos verdes totales cambian su mirada, su piel blanca comienza a ponerse negra, de sus uñas sales garras, y de su cabeza unas orejas.

Aún con la sonrisa en su rostro, comienza a disfrutar el cambio…su piel comienza hacer pelaje, de su parte trasera crece una larga y fina cola.

Se sumerge al agua y luego de unos 15 minutos…sale una gata.

Una gata sigilosa, silenciosa, lenta e intensa, ágil, ingeniosa, traviesa, sensual, femenina y astuta.

Lentamente se movía, con una mirada profunda e intensa, en cuatro patas se deslizaba,

Y ronroneaba revolcándose en la tierra.

Por fin estaba donde quería y comenzó a disfrutar de ella.

A descubrir la agilidad de su cuerpo y cada punto de sus movimientos.

Cuando por fin, comenzó a hacer gata, un fuerte temblor comienza a sentir, su vista se vuelve negra, y todo comienza a dar vueltas.

De un momento a otro lentamente abre los ojos, y la sonrisa característica de ella desaparece.

Poco a poco intenta ver alrededor, deseando por favor que todo sea mentira.

Y ahí estaba, donde siempre estuvo…en su pieza… y con los ojos cerrados.

El sueño le seguía hablando.

Pero ella seguía sonriendo, no del alma, pero si del rostro, por que sabe que ese lugar del cual el sueño le habla, existe y está ahí esperando a esa gata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario